Las plantas piloto son herramientas esenciales en laboratorios educativos, ya que permiten a los estudiantes aplicar la teoría en entornos prácticos y desarrollar habilidades técnicas clave para su futuro profesional. Sin embargo, elegir la planta piloto adecuada puede ser un desafío, porque debe cumplir con requisitos académicos, de seguridad y de calidad.
En este blog, te guiamos en los aspectos clave que debes considerar para tomar la mejor decisión.
1. Definir el objetivo de aprendizaje
Antes de seleccionar una planta piloto, es fundamental identificar el propósito académico que debe cumplir. Algunas preguntas que pueden guiar esta decisión incluyen:
- ¿Para qué nivel educativo está destinada?
- ¿Qué procesos se desean simular (destilación, evaporación, filtración, etc.)?
- ¿Cuál es la aplicación real de los conocimientos adquiridos en la industria?
Contar con una planta piloto alineada con los objetivos educativos garantizará que los estudiantes reciban una formación práctica y aplicable a su campo de estudio.
2. Materiales de fabricación: Seguridad y durabilidad
Los materiales con los que está construida una planta piloto determinan su seguridad, resistencia y mantenimiento. Es recomendable optar por:
- Vidrio borosilicato: Resistente a cambios térmicos y químicos, ideal para reacciones con sustancias corrosivas.
- Acero inoxidable: Duradero, fácil de limpiar y resistente a la corrosión.
- Teflón: Material inerte y resistente a sustancias agresivas.
El uso de estos materiales garantiza equipos de alta calidad y seguridad para los estudiantes. En CICTech, usamos materiales de calidad adaptables a las necesidades que necesiten para sus plantas piloto a tamaño escala.
3. Compatibilidad con planes de estudio y normativas
La planta piloto debe estar diseñada para integrarse en el plan de estudios y cumplir con normativas de seguridad y operación vigentes. En México, por ejemplo, la Norma Oficial Mexicana (NOM-018-STPS-2015) establece lineamientos sobre seguridad química en laboratorios.
Además, considerar normativas internacionales como la ISO 17025 (para laboratorios de ensayo y calibración) puede ser una ventaja competitiva.
4. Personalización y escalabilidad
Cada institución tiene necesidades específicas, por lo que contar con equipos personalizables es clave. Las plantas piloto modulares permiten:
- Adaptarse a diferentes experimentos y procesos.
- Incluir sensores y tecnología digital para un mejor análisis de datos.
- Crecer según las necesidades del laboratorio.
En CIC Tech, diseñamos plantas piloto a medida, asegurando que cada equipo cumpla con los requerimientos específicos de nuestros clientes.
Conclusión
Elegir la planta piloto ideal para un laboratorio educativo requiere evaluar objetivos de aprendizaje, materiales, compatibilidad con normativas y capacidad de personalización. Con la solución adecuada, los estudiantes pueden potenciar su formación con experiencias reales y de alto valor académico.
En CIC Tech, somos especialistas en diseño y fabricación de plantas piloto a medida. ¡Contáctanos y descubre la solución perfecta para tu institución!